jueves, 11 de septiembre de 2008

Buenos Aires: La nueva cárcel de contraventores tiene el primer detenido

Es por levantar quiniela clandestina.
Con la llegada del primer alojado por infringir los artículos del Código de Contravenciones, ayer quedó estrenado el nuevo centro de detención de contraventores de la ciudad, situado en Humboldt 350, en el barrio porteño de Villa Crespo.

Son 22 escalones los que los recién llegados deben subir desde una discreta entrada, casi inadvertida, en el frente del predio del Club Atlanta, para alcanzar el primer piso donde aguardan cuatro agentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF) en una especie de hall central al que miran las tres habitaciones con un total de 12 plazas.

La habitación es la celda. Los contraventores castigados con penas de arresto -como el que inauguró ayer la nueva sede del centro de detención un hombre sentenciado por levantar quiniela clandestina que debe cumplir 35 días de arresto (ya purgó otros 60 días de arresto domiciliario)- pasan la jornada dentro de una pieza modesta.

Cada una posee dos camas marineras, pequeños armarios para guardar sus pertenencias, dos sillas, una mesita y un caloventor. Las ventanas, protegidas por rejas, miran a la calle.
Cada habitación tiene baño particular y permanece cerrada, pero sin llave. Si un alojado necesita salir, golpea para que le abra un agente penitenciario. Fuentes de la Subsecretaría de Justicia porteña informaron que pueden abandonar la celda y salir a recrearse por un máximo de 45 minutos a las instalaciones del club, acompañados por un guardia.

Así lo permite el contrato celebrado entre el gobierno de la ciudad y Atlanta, que cedió gratuitamente el inmueble en comodato por un año, prorrogable por otro más.
Las autoridades también firmaron un convenio con el Ministerio de Justicia de la Nación para que el SPF prestara el servicio de seguridad en el centro de detención. La ciudad paga 12 pesos por hora a cada agente y 15 pesos al jefe de turno. Por turno de ocho horas, hay tres agentes y un jefe. Para el caso de que coincidan más cantidad de arrestados, está previsto incrementar el plantel de custodios.

El anterior centro para contraventores funcionó hasta hace tres meses y medio en la calle Viamonte, frente al Teatro Colón. El inmueble pertenece a la Corte Suprema de la Nación y la administración porteña lo tenía en comodato.

Pero el gobierno de Mauricio Macri decidió no renovarlo por las malas condiciones edilicias y de seguridad que -se explicó- ponían en riesgo la integridad de los internos. La nueva sede de Villa Crespo no derrocha sofisticación, pero el estado general de las instalaciones es bueno. Según las fuentes, el Estado invirtió unos 40.000 pesos en la refacción del inmueble. Ayer, todavía se realizaban los últimos retoques en los servicios; por ejemplo, un operario trabajaba en la conexión del videocable para el televisor del que disponen los agentes penitenciarios en el hall central.

Además de este espacio y de las tres habitaciones-celda para los infractores arrestados, hay una sala para asistencia sanitaria. Si bien no hay un médico permanente, un equipo de profesionales del SAME fue puesto a disposición de la Subsecretaría de Justicia y se encarga de las revisiones de ingreso y egreso, y de la atención ante cualquier dolencia de los alojados. Por ahora, del único alojado por infringir el Código de Contravenciones.

Fuente: Diario La Nación
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